"No lo aguante, y jamás lo hice, no era una relación de resistencia... me enamoraba su forma de hacerme sentir que estaba en mi vida... a lo mejor a la mitad, como muchos me dijeron "un hombre del 50% " ; jamás me importó que caminara como si el piso que tocaba no lo mereciera... o como muchos dijeran "se fuera a romper"... su nariz aguileña también fue sumamente criticada, recuerdas cuando lo conocí tenía brakets!!... tampoco me importaba mucho que lo criticaran por su cabello largo... que por cierto lo tenia mejor cuidado que yo... o que se riera a carcajada suelta casí gritando... o su pancita prominente que lo hacia ver como una cuerda con un nudo en medio.... lo único que realmente me importaba era la seguridad que me transmitia cuando me abrazaba, me hacia sentir que nada malo pasaría en sus brazos... me enamoraba su forma de hablarme pues siempre me dejaba claro lo mucho que estaba en su mente... me hacía mejor persona, me inspiraba a sacar lo mejor de mi en todos los aspectos. Perfectos nadie somos... prueba de ello soy yo misma, cuando me imaginaría que entre tanta vieja podría voltear a verme y hacerme parte de su vida... eso es lo que me enamoraba de él..."
El amor nos hace ver a los "principes o princesas" perfectos, pero al paso del tiempo, con el crecimiento de la relación, conforme vamos conociendo a nuestra otra mitad simplemente nos damos cuenta de que no son tan perfectos como alguna vez lo idealizamos... talvez son una montaña de defectos!!!... y son por cierto, esos defectos los que nos complementan nuestra propia vida...
Y aunque lo convencional es desear que encontremos al amor perfecto... está vez aprovecharé este post para pedirle al universo, a la vida, a Dios, o a quien gusten, que cada cual encuentre a su mitad imperfecta... que cada defecto del otro complemente la otra parte de nuestros propios defectos...
Gracias Pablo...
tu sigues siendo
el gran amor
de mi imperfecta vida...
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